jueves, 17 de julio de 2008

La escuela y sus objetivos de formación ciudadana


La escuela como institución nace en nuestro país dentro de un proyecto político y social que tenía claramente delimitados sus objetivos. De la mano de Domingo Faustino Sarmiento, conocido también como el “padre del aula”, se concibe a la institución educativa argentina con el fin de formar ciudadanos que adquieran las actitudes, aptitudes y los conocimientos necesarios para poder insertarse en la civilización y vivir en el modelo de país pensado por aquella generación.

Era indispensable para formar una “Nación Argentina” terminar con la barbarie gaucha, con el analfabetismo, con la diversidad de costumbres, entre otras cosas que entorpecían el establecimiento del proyecto de país y lograr la homogeneización de la sociedad a través de nuevas pautas de comportamiento y de la organización del espacio y el tiempo de las personas.

Retomando al pedagogo brasileño Paulo Freire, podríamos afirmar que al momento de la creación de la escuela el pueblo fue leído por sus clases dirigentes, como una masa heterogénea, disgregada, que carecía de conocimientos y que era fácilmente asimilable con “la barbarie”.

Pero la creación de la institución escolar en nuestro país no es un hecho aislado, sino que se inserta dentro de un proyecto macro que es el de la modernidad. La escuela a lo largo de su historia, a seguido manteniendo los valores y los modos de funcionamiento que se forjaron dentro del proyecto moderno, puede afirmarse inclusive, que la escuela liberal encarnó también estos ideales y es dentro de estos marcos que se forjó la constitución del campo cultural, derivado de la Revolución industrial, donde se estableció el tiempo del trabajo pero también el tiempo libre.

La pregunta que deberíamos hacernos en este momento es si es posible seguir pensando en esta escuela formadora de ciudadanos en el marco de la renombrada crisis de la modernidad. Analizando las estructuras e instituciones modernas que entran en crisis, la escuela no se convierte en una excepción.

La escuela actual, definida en un marco de valores tradicionales, entra en crisis al cambiar la visión de la sociedad y la cultura, en lo que algunos autores han dado en llamar el fin de la modernidad y por ende de las estructuras modernas. Si la finalidad de esta instrucción pública, de esta formación institucionalizada, contemplaba como su objetivo la formación de ciudadanos, se vuelve necesario repensar qué elementos del proyecto pedagógico estaban abocados a este fin de modo de poder introducirle modificaciones acordes a los nuevos tiempos, para permitir a los alumnos formarse como ciudadanos y como personas integras, acorde al momento socio histórico y cultural en el que le toca vivir y ser protagonista.

Paulo Freire, “La importancia del acto de leer”

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