jueves, 17 de julio de 2008

Particularidades del “ser ciudadano hoy”

Continuando con lo esbozado anteriormente, se vuelve necesario pensar qué lugar tiene la escuela en cuanto a la formación de ciudadanos (uno de sus objetivos fundacionales), en este contexto de crisis.

Ser ciudadano hoy responde principalmente a definiciones legales, a los principios de la igualdad, es decir: el derecho a votar, los derechos sociales y civiles como guías de la igualdad entre los hombres, frente a toda diferencia de edad, género, o situación económica; el derecho a ser representados por los gobernantes, entre otras cosas.

También podría pensarse desde la perspectiva propuesta por García Canclini, que hay un desplazamiento de la concepción tradicional de ciudadano hacia a la de consumidores, donde el consumo privado, incluyendo el consumo mediático, reemplaza las reglas tradicionales de la democracia y la participación colectiva en espacios públicos, además de dar las respuestas a los sujetos en lo que se refiere a los derechos y obligaciones sociales. Según este autor, aunque nos interpelen como ciudadanos nos sentimos convocados como consumidores.

De esta forma podemos entender a la ciudadanía como un reconocimiento de nosotros y de los otros como sujetos sociales, donde la lucha por ese reconocimiento cobra un lugar central. Parte de ese reconocimiento tiene que ver con la capacidad de apropiarse de bienes y materiales simbólicos y poder utilizarlos para su vida en la sociedad. Es así que “ser ciudadano” no tiene que ver sólo con los derechos reconocidos por un estado a sus habitantes sino también con las prácticas sociales y culturales que dan sentido de pertenencia y a la vez de diferencia.

Los medios masivos son los constructores a la vez que espacios de construcción de la opinión pública, pero también se constituyen como el lugar en el que los actuales ciudadanos encuentran las respuestas a sus derechos y visualizan sus obligaciones.

Ya hemos dicho que en la lógica de trabajo en las aulas predomina el texto escrito, con especial énfasis en los manuales y libros escolares, frente a las propuestas de audio y de video, produciendo que la incorporación de este tipo de materiales se vuelva limitada y muchas veces lineal por los docentes y alumnos, que no dejan de incorporarlos en su rol de consumidores. Frente a esto, s necesario pensar la forma en que la escuela actual trabaja la ciudadanía. Las tipificaciones que los materiales escolares (y también los medios) realizan sobre los jóvenes hacen que estos no se sigan interpelados y que gradualmente consideren a la escuela como una institución alejada de su vida real. Además, salvo los manuales que trabajan específicamente el área de formación cívica, el resto de los textos no aborda la temática de la ciudadanía.

García Canclini, “Consumidores y ciudadanos”

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